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Yuri Gagarin es nuestro amigo

Las juanis vs. los guapos y pobres

No sé. Es el tono. No todo lo que dice es falso, es bastante cierto, pero es el tono. A mi me recuerda una columna hace años en El Mundo que decía algo así como: "camino del Centro Cultural de la Tecla Sala se pueden admirar los culos proletarios de las chicas de Hospitalet". Los tópicos, estereotipos e incluso prejuicios de la clase media o media-alta barcelonesa cuando se acerca (una vez cada mil años) a la clase trabajadora de su ciudad. Viene a cuento del casting de Bigas Luna para su nueva película. Más prejuicios, encima absurdos, irreales: Música que le gusta a la Juani: Julieta Venegas "Si", Bebe "Pa fuera telarañas", La Mala Rodríguez "Alevosía". Música que le gusta a su padre (Sólo escucha a El Payo y a El Hijo del Fary): - El Payo "Me corro, me corro" / "El Mejillón", - Fary Junior "Y cuanto más acelero".

También es el contraste con el tratamiento que reciben "los hijos" de la clase media.

Revista dominical de La Vanguardia:

"El Prat de Llobregat, igual que Santa Coloma de Gramenet, l’Hospitalet o tantas otras ciudades que un día albergaron la inmigración andaluza, extremeña o murciana, está lleno de bares de carajillo y televisor. Bares donde la mayoría de los parroquianos son hombres, que después del trabajo van a relajarse, ya sea viendo el partido o fumándose una faria. “Yo aquí no entro, sólo voy a estos sitios con mi padre”, dice Yasmina al pasar frente el bar El Manchego. Y es que el decoro estético es una premisa que hay que mantener en todo momento.

“¡Cómo chapa!”, y todos siguen con la mirada el recorrido que, siguiendo la rotonda, hace un Peugeot coupé de color amarillo con un gran alerón trasero. La admiración es unánime. Y como si de una visión se tratase, cada uno fantasea con el coche y el color que le gustaría tener.

Hablar ‘garrulo’
Yasmina y sus amigas son aún muy jóvenes, y como todos los jóvenes tienen una jerga propia, un argot que les diferencia y les identifica. “A veces me dicen que hablo garrulo, pero eso es porque hablo vacilando”, dice Yasmina. Y es que tanto el barrio como la ciudad marcan un acento, una manera de hablar distinta a la de diez calles más allá. Pero Santa Coloma, El Prat o Badalona no sólo otorgan un acento particular o un vocabulario propio. Los habitantes de la periferia, tan denostada por quienes viven en el centro de las grandes ciudades, se sienten muy orgullosos de sus ciudades o pueblos. Y es que la mayoría tiene una relación muy estrecha con su entorno y le gusta la manera de hacer y de funcionar de su ciudad. “Es como vivir en un pueblo. Todos nos conocemos”.

Nuria Balboa vive en Badalona, tiene 23 años y trabaja como dependienta en una panadería. Cada día se levanta a las cuatro y cuarto para ir a trabajar. Los padres de Nuria nacieron en Andalucía, y ella, a pesar de haber nacido aquí, se considera “catalana, pero no del todo”. Lo cierto es que esta chica, que dice tener un alma algo hippy y lleva un piercing en la lengua, tiene un acento mezclado, una especie de andaluz catalanizado. A Nuria le gusta Badalona y “si todo va bien, el año que viene” comprará, junto a su novio marroquí, un piso en el mismo barrio en el que ha vivido toda la vida, “porque aquí nos conocemos todos. Cuando tenía 15 años y apenas había dado mi primera calada, mi padre ya sabía que fumaba”."

(...)

"Hijas de la inmigración
Su padre trabaja en la construcción, uno de tantos que, durante los 60, llegó a Catalunya en busca de una vida mejor. La historia de Raquel tiene que ver con la de muchos hijos de inmigrantes, a quienes, al haber crecido en otro sitio y con una cultura distinta a la de sus padres, les resulta difícil encontrar puntos en común con ellos. “No nos llevamos muy bien”. Y es que Raquel poco tiene que ver con un albañil. Ella es sofisticada y muy extremada vistiendo: zapatos de salón de 12 centímetros, calcetines de lana fina, tejanos arrapados y cazadora cortita plateada. Tiene el pelo negro azabache y lleva un flequillo que empieza en medio de la cabeza y le cubre toda la frente. Se nota que le gusta la moda. De hecho, tanto ella como sus compañeras confiesan que, mensualmente, se pueden gastar entre 200 y 300 euros en ropa y complementos. Raquel ha estudiado siempre en catalán, pero “me siento incómoda hablándolo, aunque me encantaría hacerlo bien”, confiesa.

A Eva Bautista, cuando se le pregunta si habla en catalán se siente afrentada y cambia de idioma inmediatamente. Tiene 24 años y es encargada de una tienda Bershka, en el centro de Badalona. “Soy una persona muy sencilla, no sé si voy a contestar bien”. Pero Eva contesta bien, tiene las ideas muy claras. “Yo sé dónde voy a llegar, aunque no lo pienso cada día”. Es un mujer de empresa. “Gano lo que tengo que ganar, pero no te lo voy a decir, no soy persona de hablar del sueldo”, dice contundente. Las clientas de Eva son chicas como Gala, Yasmina o Raquel, mujeres jóvenes y modernas a las que les gusta ir a la moda. Una moda cuyo estilo y tendencias marcan ellas mismas. Porque en esto algo ha cambiado. Los estilos se han democratizado. La moda ya no es cuestión de las clases altas. Estas mujeres de la periferia también deciden qué se lleva y marcan tendencias. Se acabó la imagen que las relacionaba con la bata de boatiné, los rulos y las zapatillas. "

(...)

"En el bar Al Carrer hay un futbolín ocupado por unos chicos. “Quedábamos siempre, antes. ¿Es asín o no? Casi cada día”, dice Gala para referirse a un pasado del que habla con naturalidad, a pesar de su edad. “Sí, éramos de salir mucho y no nos preocupaba el futuro”, añade Raquel. Ahora, las tres quieren aprender el oficio y labrarse un futuro.

Cuando Raquel, Yasmina y Gala pasan junto a los chicos, ellos paran, sonríen y se susurran algo al oído. Ellas ni giran la cabeza pero, al subir las escaleras para instalarse en una mesa del primer piso, sus pasos son más marcados y balancean las caderas de forma casi exagerada. Sergio se acerca a uno de ellos. Se conocen. Se dan la mano y un medio abrazo, que consiste en el choque de sólo uno de los hombros y en una palmada en la espalda. Y es que, también en la periferia, las formas son indispensables."

"Hasta en los nombres, el cliché podía romperse. La más dura podía responder a un dulce Alba; la más ‘anticatalanufos’, llamarse Mireia, y la de más ‘piercings’ llevar de nombre Mari Carmen, como su abuela, la “madrecita María del Carmen”, que cantaba Manolo Escobar."

(...)

"Eran, son, hijas de trabajadores que vinieron del pueblo muy jóvenes o que ya nacieron aquí. Aunque catalanas de primera o segunda generación, casi todas se sienten de su barrio o de su población, y españolas. Catalunya les queda lejos, aunque presuman de tener torre “en Gerona”, y en sus pueblos de origen familiar son “las catalanas”."

Viven en zonas donde se llevó con orgullo ser obrero. Hoy nadie lo es; se es operario, auxiliar, reponedor, empleado, ‘segurata’... A ellas y a sus compañeros lo de obrero les sonaba fatal cuando estaban en el instituto: era de paria, de inmigrante; poco menos que un insulto.

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"Jessyca, Jennifer y Vanessa se han hecho mayores y la vida las ha ido puliendo. Las rejas que rodean el instituto, que a ellas les parecían las de una cárcel, se les han revelado muros protectores; lo fuerte de verdad estaba fuera: los madrugones, los jefes, los empleos precarios... Forman un prototipo de mujer joven trabajadora: dependientas, peluqueras, cajeras de súper... Alguna hasta se ha animado a seguir estudiando y está en Bachillerato nocturno. De sus antiguas compañeras, a una que otra se la llevó el ‘mal rollo’ y va dando tumbos entre trapicheos y comisarías.

Bastantes han vivido la ruptura de sus padres, pero ellas se ven con familia propia: unas juntándose con el novio; otras quieren una boda bonita con viaje al Caribe. Sus novios, el Jonathan, el Juanmi o el Jordi son yeseros, carpinteros de aluminio o camioneros y ganan más que los universitarios. Las rompedoras de ayer serán la mayoría madres del mañana, como sus hermanas mayores. Si les va bien, antes de los 30 tendrán un par de críos, estarán pagando el piso y andarán pensando en ampliar la torre aquella que tienen sus ‘viejos’ en un pueblo de Girona."

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Comparten las Juanis la revista con los hijos de la clase media, en otro artículo.

En contraste, los jóvenes de clase media son "Guapos y pobres", "Conocen la tortilla deconstruida de Ferran Adrià, pero no tienen dinero para ir a su restaurante", “Si no tienes dinero para ir en coche o en tren siempre pueden ir en bicicleta, que es divertido, moderno y ecológico. Por fortuna, siempre podemos estar a la última”, ironiza Alfredo. “Sin embargo, estas alternativas son tramposas, porque nos van situando poco a poco en el límite de la pobreza, y cada vez, nos quedan menos opciones”.", "Alfredo acaba de regresar de Londres, donde ha visitado la última exposición de la Tate Gallery. Sin embargo, por falta de liquidez, ha tenido que ir aplazando la visita al dentista. “Esa es la paradoja actual, puedes viajar por cuatro duros y tener información de lo que pasa en el mundo a través de internet y de la prensa gratuita. Sabes dónde queda El Bulli, pero no tienes pelas ni para ponerte una funda dental”.", "
Marc Pagès, un chaval de 25 años que hace tres que intenta ganarse la vida como fotógrafo freelance y al que la etiqueta de guapo pobre (GP) se le ajusta como un guante, lo explica de forma esquemática: “Hace 20 años, por una diapositiva pagaban 15.000 pesetas. Hoy te dan 13.000. Así que no es que ganes 2.000 de las antiguas pesetas menos, sino que tu poder adquisitivo es hoy varias veces menor”."

¿Se fijan?

1) Los hijos de clase media, descienden, pero tienen recursos, incluso les permiten hablar en primera persona y con voz propia de su situación.

2) Los hijos de la clase trabajadora ascienden, pero son otros los que los miran.

del 1. Claro, el triunfador se levanta a las 4 de la mañana para trabajar en la panadería. El fracasado vende guiones o diapositivas y va a Londres. No voy a decir que "un pico y una pala les iba a dar yo", pero casi. Hablan del triunfo de las Juanis, con sus trabajos precarios, pero hablan del descenso social de los GyP, los pobrecillos, ya no llegan a final de mes haciendo fotitos y guioncitos para anuncios de TV.

del 2. Al otro se le crea investigándolo: periodistas, sociólogos, psicólogos, policias. A uno de los nuestros no se le investiga, se le da la voz. El investigador social comprometido con sus estudios: el yonki muerto con la cabeza en el water, el pobre, el inmigrante ilegal. ¿Ha visto alguien algún estudio de cómo vive la clase alta, la alta de verdad? ¿Se imaginan a un sociólogo picando al timbre de uno de esos chalets de al lado del CosmoCaixa para decir: hola, vengo a investigarle, pasaré 24 horas con usted.?"

8 comentarios

Supra Skytop -

Choose your love and love your choice. This is the truth. Do you think so?

rafa -

claro la diferencia entre un gyp y cualquier mil eurista es que el gyp ha invertido tiempo y dinero en formarse como profesional, es una persona con experiencia laboral, profesional y cultural, tiene mas de 2 idiomas en su haber ( por lo general), conoce programas informaticos mas alla del "word"...despues de haber alcanzado lo basico para ser calificado como buen profesional sigue buscando maneras de actualizarse y formarse para ser cada dia mejor; y aun asi gana un sueldo igual o peor (en algunos casos) que gente que hace trabajos donde ni siquiera necesitan saber leer.
¿Si no existieran estos profesionales, donde estaría el mundo? no quiero desprestigiar a nadie pero con panaderos no podriamos hacer economia, ni construir edificios, ni administrar empresas, ni hacer tantas cosas de las que vive nuestro planeta hoy en dia.
A ver si se la piensan un poco mejor....

Odrie -

Yo vivo en Hospitalet y me llamo Vanessa, no soy nada la imagen que pintan, hay gente asi, pero no todos.Por culpa de estos reportages sin rigor, que sólo se centran en x prototipos, ciertas personas siempre tenemos que escudarnos en nuestra cultura general o en una comedida actitud exterior propia. Bigas Luna es un burgués, que siemrpe hace peli de gente de posicion social baja,pero nunca verás a una tia de su escalera de la zona alta haciendo de puta o cosas asi
Gracias por el articulo, no lo habia leido
http://blogs.ya.com/glamourdechocolate

Brocco -

Pos yo me muevo en patines, no en bici, mi nombre es común desde hace siglos, soy inmigranta en Madrid y ahora tengo una ensalada mental del copón.

**Brocco el único y genuino**

Ah, y toy mu güena, joer!

marcos -

joder que delicadita es la informatica, pos na, que yo, como tambien soy un poco garrulo solo quiero decir que cada vez odio un poco más a los ricos que se ve que encima son guapos

marcos -

alfonso -

estoy absolutamente de acuerdo con tus conclusiones. Estupenda disección del artículo y sus prejuicios. Bigas Luna siempre me ha parecido un burgués que vive de barnizar estereotipos con su lenguaje seudosurrealista, pero el reportaje de la vanguardia me indignó desde el primer momento, el tono, el tono, el enfoque, la posición desde la que se escribe.
Aunque dicho lo dicho, el reportaje tiene una virtud, aflora un nuevo sentimiento de pertenencia, de "clase" en un sentido muy amplio, muy vago si se quiere, de los nuevos y "nuevas" trabajadores . ¿cuándo la izquierda que se llama (nos llamamos), de verdad, le prestaremos más atención a "las Juanis",y menos a los teóricos espacios políticas, que son, en la mayoría de los casos pura abstracción, producto de la reflexión "onanista" de los viejos gurús de la izquierda, metidos a ideólogos de la postmodernidad.

Purranki -

Realmente no le dan a uno ganas de comprar el periódico. Pero a lo mejor lo da el medio: si hablas desde un periódico es difícil sustraerse a la idea de que estás comunicando la realidad en vez de traicionandola con tu particular tinte de gafas bifocales.

Sin embargo, aunque normalmente sean falaces, este costumbrismo paternalista es ya el delirio. Supongo que en lugares suficientemente alejados podría uno sugestionarse y pensar que las cosas son _estrictamente_ así. No lo sé. No sé si hay buena o mala fe o si directamente les pagan por palabra y nadie lo revisa.

En todo caso, no tienen por qué detenerse aquí en el delirio. Falta lo audiovisual. Que vengan los de National Geographic por mi barrio y que nos capturen desde un jeep: "el garrulo periférico tiene una gran fuerza en las mandíbulas, hay que mantenerse alejado de ellas. Para ello usaremos este palo con un lazo al final." O que vengan y nos arrojen pamtumaca, como decimos nosotros, desde el helicóptero de Tulipán: "Media tonelada de ayuda humanitaria fue repartida ayer por nuestras tropas en la peligrosa barriada de XXX. Gócense de no hallarse entre ellos." Las posibilidades son casi ilimitadas.

En fin. Que me gustaría saber como le llamaban en el instituto al plumilla ese. Para volver a llamárselo.