Son las veinte y veinte. Y no me llama. Vente, vente.
No puedo parar, menuda mina ese libro.
"En estos meses, y en particular a lo largo de 2003 hablamos con tanta frecuencia que acabamos instalando un teléfono especial en La Moncloa, sólo para hablar con la Casa Blanca. Ahora, como no suenan los teléfonos, probablemente ya lo habrán retirado. Recuerdo muy vivamente que Bush me llamó para contarme con gran detalle cómo había tomado la decisión de intervenir en Irak, su conversación con Rumsfeld y con el general Tommy Franks. En una ocasión, cuando llevábamos 40 minutos de conversación le recordé que él estaba al mando de toda la operación y me contestó que lo que tenía que decidir ya lo había decidido y que ahora prefería hablar un rato conmigo."
Una emotiva imagen semejante a esas niñas adolescentes que abultan la factura telefónica mientras se lo cuentan todo, todo. 40 minutos de conversación. Necesito contarte algo. Hablar contigo. Nosotros dos solos. Nuestra inmensa responsabilidad.
Yo me los imagino tumbados mientras pasan horas enganchados al teléfono. Irak, Venezuela, Cuba, son tantas las responsabilidades.
¿Con quién estás hablando?
Con George, Ana
Se enfría la cena, cariño.
Sí, un momento.
Llevas una hora y media, Jose.
No quiero ridiculizar al expresidente por tener una relación fluida con el presidente americano. Eso sería de cadenaser. Además el ridículo ya lo hace él. Tanta exhibición de amistad con el hombre más poderoso del planeta.
Me encanta cuando dice: "cuando llevábamos 40 minutos de conversación le recordé que él estaba al mando de toda la operación". Por si Bush lo había olvidado. Se invirtieron los papeles. Aznar dirigiendo la guerra internacional contra las armas de destrucción masiva, la yihad, la dictadura, el terrorismo internacional, la desestabilización. Tanta responsabilidad pesa mucho. Bush buscó a alguien para compartirla. Pero Aznar no quería sobrepasarse.
George, tú estás al mando.
Sí, pero quiero oír tu opinión. Sabes cómo te aprecio.
"En estos meses, y en particular a lo largo de 2003 hablamos con tanta frecuencia que acabamos instalando un teléfono especial en La Moncloa, sólo para hablar con la Casa Blanca. Ahora, como no suenan los teléfonos, probablemente ya lo habrán retirado. Recuerdo muy vivamente que Bush me llamó para contarme con gran detalle cómo había tomado la decisión de intervenir en Irak, su conversación con Rumsfeld y con el general Tommy Franks. En una ocasión, cuando llevábamos 40 minutos de conversación le recordé que él estaba al mando de toda la operación y me contestó que lo que tenía que decidir ya lo había decidido y que ahora prefería hablar un rato conmigo."
Una emotiva imagen semejante a esas niñas adolescentes que abultan la factura telefónica mientras se lo cuentan todo, todo. 40 minutos de conversación. Necesito contarte algo. Hablar contigo. Nosotros dos solos. Nuestra inmensa responsabilidad.
Yo me los imagino tumbados mientras pasan horas enganchados al teléfono. Irak, Venezuela, Cuba, son tantas las responsabilidades.
¿Con quién estás hablando?
Con George, Ana
Se enfría la cena, cariño.
Sí, un momento.
Llevas una hora y media, Jose.
No quiero ridiculizar al expresidente por tener una relación fluida con el presidente americano. Eso sería de cadenaser. Además el ridículo ya lo hace él. Tanta exhibición de amistad con el hombre más poderoso del planeta.
Me encanta cuando dice: "cuando llevábamos 40 minutos de conversación le recordé que él estaba al mando de toda la operación". Por si Bush lo había olvidado. Se invirtieron los papeles. Aznar dirigiendo la guerra internacional contra las armas de destrucción masiva, la yihad, la dictadura, el terrorismo internacional, la desestabilización. Tanta responsabilidad pesa mucho. Bush buscó a alguien para compartirla. Pero Aznar no quería sobrepasarse.
George, tú estás al mando.
Sí, pero quiero oír tu opinión. Sabes cómo te aprecio.
3 comentarios
Sir -
brocco -
Kali -